Es una urgencia la adquisición y desarrollo de una lengua de señas para la población en diversidad Sorda durante la primera infancia, que permita recrear el mundo en diferentes contextos. Lo anterior como punto de partida de un respeto lingüístico en reconocimiento de los derechos humanos, considerando lo más básico de la dignidad humana: la lengua. Así, en este texto se presentan elementos que problematizan el ser y estar de la población en diversidad sorda ante situaciones comunicativas desiguales para el ingreso o cupo en la educación escolar desde la primera infancia y que repercute para el ingreso a la educación superior. En este marco se establece el compromiso estatal de proteger los derechos lingüísticos de la población con diversidad Sorda y la necesidad de desarrollar políticas lingüísticas inclusivas que propendan a la construcción intercultural, en relación simétrica comunicativa entre una cultura oyente y una cultura Sorda, que constituye una tarea pendiente del Estado de Chile y un reto para quienes presentan un tipo de Sordedad.